Ulpia Severina: Augusta, Enigma y Soberana Crepuscular del Orbe Romano
En la tumultuosa y a menudo anárquica fanfarria del siglo III, una era en la que el Imperio Romano se tambaleaba al borde del colapso bajo el peso de incesantes guerras civiles, invasiones bárbaras y una profunda crisis económica, emerge una figura tan enigmática como fascinante: Ulpia Severina. Esposa del emperador Aureliano, el Restitutor Orbis (Restaurador del Mundo), su existencia, silenciada por las fuentes literarias contemporáneas, nos es revelada casi exclusivamente a través del imperecedero lenguaje de las monedas y las escasas inscripciones. Estos vestigios arqueológicos no solo confirman su estatus como Augusta, sino que también insinúan un período extraordinario y sin precedentes en la historia de Roma: un posible interregno en el que Ulpia Severina pudo haber gobernado el vasto imperio por derecho propio, convirtiéndose en la única mujer en ostentar tal poder sobre el orbe romano unificado. Su historia es, por tanto, una reconstrucción paciente, un mosaico de evidencias numismáticas y conjeturas académicas que nos invita a explorar los límites del poder femenino en un mundo dominado por hombres y en una de las épocas más convulsas de la antigüedad tardía.
EMPERADORES


Orígenes Inciertos en un Mundo en Crisis: El Ascenso de una Dama Ulpia
Los orígenes de Ulpia Severina, como tantos otros aspectos de su vida, están envueltos en la niebla de la historia. El nomen "Ulpia" es, sin duda, el indicio más significativo del que disponemos. Inmediatamente evoca la memoria de uno de los más grandes emperadores de Roma, Marco Ulpio Trajano (98-117 d.C.), bajo cuyo mandato el Imperio alcanzó su máxima extensión territorial. Esta conexión ha llevado a algunos estudiosos a especular que Severina podría haber sido descendiente de la familia de Trajano, una afirmación que, de ser cierta, le habría conferido un inmenso prestigio y una legitimidad dinástica invaluable en la inestable política del siglo III. Una filiación, aunque fuera lejana, con la dinastía Antonina habría sido un activo político de primer orden.
Otra teoría, quizás más plausible y actualmente la más aceptada, vincula sus orígenes a la provincia de Dacia (la actual Rumanía), conquistada por Trajano y donde el nomen Ulpius se hizo común entre la población local en honor al emperador. Si este fuera el caso, Ulpia Severina habría sido una provinciana, un testimonio de la creciente importancia de las élites no itálicas en la administración y la corte imperial. Esta hipótesis se ve reforzada por el hecho de que su esposo, Lucio Domicio Aureliano, también era oriundo de las provincias danubianas, concretamente de Sirmium en Panonia (la actual Sremska Mitrovica en Serbia). Un matrimonio entre dos individuos de la misma región geográfica y de un estatus social similar habría sido una alianza lógica y políticamente astuta. De hecho, el propio Aureliano, en un acto de pragmatismo militar, ordenaría la evacuación de la provincia de Dacia hacia el 271 d.C., un acontecimiento que debió tener una resonancia personal para su esposa si esta era su tierra natal.
Una tercera vía de investigación, aunque hoy en día ampliamente desacreditada, surge de la Historia Augusta, una colección de biografías imperiales de los siglos II y III notoriamente poco fiable y plagada de invenciones. En la Vita Aureliani, se menciona a un personaje llamado Ulpius Crinitus, un supuesto descendiente de Trajano que habría adoptado a Aureliano y facilitado su ascenso. La Historia Augusta nunca establece una relación paterno-filial entre Crinitus y Severina, pero la coincidencia del nomen llevó a algunos historiadores a proponer esta conexión. Sin embargo, la figura de Ulpius Crinitus es considerada por la mayoría de los académicos modernos como una ficción literaria, creada para ennoblecer los orígenes más humildes de Aureliano. Por tanto, la ascendencia de Ulpia Severina sigue siendo un misterio sin resolver, una página en blanco en la crónica de su vida.
Lo que sí parece seguro es que su matrimonio con Aureliano tuvo lugar antes de que este ascendiera al trono en el año 270 d.C. Aureliano era un militar de carrera, un hombre de inmensa capacidad y ambición que se había labrado un nombre en las legiones. En una época en la que los emperadores ascendían y caían con una rapidez alarmante, las alianzas matrimoniales eran una herramienta crucial para consolidar el poder y asegurar la lealtad. Es probable que Ulpia Severina, ya fuera por su linaje, su riqueza o sus conexiones políticas, representara una pareja ventajosa para el futuro emperador.
Augusta y Mater Castrorum: La Vida de una Emperatriz en la Corte de Aureliano
Con la aclamación de Aureliano como emperador en el 270 d.C., Ulpia Severina fue elevada al rango de Augusta, el título más alto que podía ostentar la esposa de un emperador. Aunque el poder de una Augusta no estaba definido constitucionalmente, su influencia podía ser considerable. Actuaban como patronas de las artes y la religión, desempeñaban un papel central en las ceremonias de la corte y, lo que es más importante, personificaban la continuidad y la estabilidad de la dinastía.
Las monedas acuñadas en su honor nos ofrecen una visión oficial de su papel como emperatriz. En ellas, Ulpia Severina es representada con el peinado recogido y trenzado típico de la época, una diadema sobre la frente y una expresión austera que evoca las virtudes romanas de la gravitas y la pietas. Los reversos de sus monedas suelen mostrar a las diosas tradicionales asociadas a las emperatrices, como Venus, símbolo del amor y la belleza, y Juno, la protectora del matrimonio y la familia. La leyenda que acompaña a su retrato es "SEVERINA AVG" o "ULPIA SEVERINA AVG", proclamando su estatus imperial.
Además del título de Augusta, las inscripciones y algunas emisiones monetales le atribuyen el de Mater Castrorum et Senatus et Patriae (Madre de los Campamentos, del Senado y de la Patria). Este título honorífico, que se había concedido por primera vez a Faustina la Menor, esposa de Marco Aurelio, tenía una profunda significación política. La designación como "Madre de los Campamentos" la vinculaba directamente con el ejército, la principal fuente de poder en el siglo III. Era una forma de propaganda destinada a fomentar la lealtad de las legiones hacia la familia imperial y a presentar a la emperatriz como una figura maternal y protectora de los soldados. El título de "Madre del Senado y de la Patria" reforzaba su imagen pública como encarnación de la estabilidad y el bienestar del Estado.
Aureliano y Ulpia Severina tuvieron una hija, cuyo nombre no ha llegado hasta nosotros. La existencia de una heredera, aunque fuera mujer, era un factor importante para la consolidación de una dinastía, un objetivo que Aureliano, a pesar de su breve reinado, parece haber perseguido.
El reinado de Aureliano fue un torbellino de actividad militar. En apenas cinco años, logró lo que parecía imposible: reunificar un Imperio que se había fragmentado en tres entidades políticas enfrentadas. Derrotó al Imperio de Palmira en Oriente, liderado por la carismática reina Zenobia, y al Imperio Galo en Occidente. Sus victorias le valieron el merecido título de Restitutor Orbis. Es de suponer que, durante las largas ausencias de Aureliano en campaña, Ulpia Severina permaneciera en Roma, actuando como un importante punto de referencia de la autoridad imperial en la capital. Su presencia habría sido fundamental para mantener la estabilidad política y para representar los intereses de la casa imperial ante el Senado y el pueblo.


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El Interregno de 275 d.C.: El Silencio de la Historia y el Testimonio de las Monedas
En septiembre u octubre del año 275 d.C., en las cercanías de la ciudad de Caenophrurium, en Tracia, el emperador Aureliano fue asesinado a consecuencia de una conspiración urdida por su secretario privado. La muerte del Restitutor Orbis sumió de nuevo al Imperio en la incertidumbre. Y es en este preciso momento cuando la historia de Ulpia Severina da un giro extraordinario y controvertido.
Las fuentes literarias, como Zósimo y la Historia Augusta, mencionan un "interregno" entre la muerte de Aureliano y la elección de su sucesor, el anciano senador Marco Claudio Tácito. Según estos relatos, el ejército, arrepentido por el asesinato de un emperador tan valioso, habría solicitado al Senado que eligiera al nuevo Augusto. El Senado, a su vez, habría declinado la oferta, instando a las legiones a que fueran ellas quienes aclamaran al sucesor. Este insólito intercambio de responsabilidades se habría prolongado durante varias semanas, e incluso meses según algunas fuentes, un período de anarquía pacífica en el que el Imperio Romano careció de un gobernante formal.
Sin embargo, esta narrativa ha sido puesta en duda por muchos historiadores modernos, que la consideran una invención o, al menos, una simplificación de los hechos. Y es aquí donde la numismática entra en escena para ofrecernos una perspectiva radicalmente diferente. El estudio de las monedas acuñadas a nombre de Ulpia Severina revela una serie de anomalías que suponen la evidencia más sólida de que pudo haber llenado el vacío de poder durante este interregno.
El argumento principal a favor de un gobierno en solitario de Ulpia Severina se basa en la cronología y la tipología de sus emisiones monetales. Se ha observado un aumento significativo en la producción de monedas a su nombre hacia el final del reinado de Aureliano. Más revelador aún es el hecho de que algunas de estas emisiones parecen haber sido acuñadas después de la muerte de su esposo. Estas monedas, emitidas en varias cecas del Imperio, desde Roma y Ticinum en Italia, hasta Siscia en los Balcanes y Cícico en Asia Menor, presentan una iconografía particularmente sugerente.
La leyenda más significativa que aparece en el reverso de estas posibles monedas del interregno es "CONCORDIAE MILITVM" (A la Concordia de los Ejércitos). En estas monedas, la diosa Concordia no aparece en su representación habitual, sino sosteniendo dos estandartes militares. Esta imagen se interpreta como un claro mensaje político: un llamamiento a la lealtad y la unidad del ejército en un momento de crisis. Al asociar su imagen con la "concordia militar", Ulpia Severina estaría intentando asegurar el apoyo de las legiones, la clave para mantenerse en el poder.
Otra leyenda que ha llamado la atención de los numismáticos es "CONCORDIA AVG". Lo llamativo de esta inscripción es el uso del genitivo singular "AVG" (Augusta/Augustus) en lugar del plural "AVGG" (Augusti), que sería lo habitual en las monedas acuñadas durante el reinado conjunto de un emperador y su emperatriz. El uso del singular podría indicar que estas monedas fueron emitidas en un momento en que Ulpia Severina era la única figura con el título de Augusto, es decir, después de la muerte de Aureliano y antes de la proclamación de Tácito.
Además, algunas de sus monedas llevan la leyenda "PROVIDEN DEOR" (Providencia de los Dioses), a menudo acompañada de la imagen de Fides (la Lealtad) y Sol Invictus, la deidad solar que Aureliano había promovido como patrón principal del Imperio. Al presentarse como garante de la providencia divina y la lealtad, Severina estaría reforzando su legitimidad para gobernar.
El descubrimiento del tesoro de Venèra, cerca de Verona (Italia), en el siglo XIX, aportó una cantidad ingente de material para el estudio de este período. Entre las miles de monedas halladas, había un número sorprendentemente elevado de piezas a nombre de Ulpia Severina, muchas de las cuales pertenecían a estas emisiones del posible interregno. La abundancia y la amplia distribución geográfica de estas monedas hacen poco probable que se tratara de emisiones póstumas honoríficas. Más bien, sugieren una producción monetaria sistemática y centralizada, propia de un poder gobernante.
Si la teoría del gobierno en solitario de Ulpia Severina es correcta, estaríamos ante un hecho sin parangón en la historia romana. Aunque otras mujeres, como las emperatrices de la dinastía Severa (Julia Domna, Julia Soemias y Julia Mamea), habían ejercido una enorme influencia política como regentes de sus hijos, ninguna había gobernado el Imperio unificado por derecho propio. El caso de Zenobia de Palmira es diferente, ya que gobernó un imperio escindido de Roma. Ulpia Severina, en cambio, habría sido la soberana de todo el orbe romano, aunque fuera por un breve período.
El Debate Académico: Entre la Evidencia Numismática y el Escepticismo Histórico
La hipótesis de un gobierno en solitario de Ulpia Severina, aunque fascinante, no está exenta de controversia. El principal obstáculo es el silencio absoluto de las fuentes literarias. Es difícil de creer que un hecho tan extraordinario como el gobierno de una mujer sobre el Imperio Romano pasara desapercibido para los historiadores de la época o de épocas posteriores. ¿Por qué Zósimo, Amiano Marcelino o los autores de la Historia Augusta no mencionan a la emperatriz gobernante?
Algunos estudiosos han intentado explicar esta omisión. Podría ser que su gobierno fuera tan breve que no se considerara digno de mención en las crónicas históricas, más centradas en los grandes acontecimientos militares y políticos. También es posible que la idea de una mujer al frente del Imperio fuera tan contraria a las convenciones sociales y políticas romanas que los historiadores, todos ellos hombres pertenecientes a la élite senatorial, prefirieran simplemente ignorarla, considerándola una anomalía o una vergüenza para la historia de Roma.
El escepticismo ante la teoría del interregno de Severina ha sido defendido por historiadores de la talla de Alaric Watson, autor de una de las biografías de referencia de Aureliano. Watson argumenta que la evidencia numismática, aunque sugerente, puede ser interpretada de otras maneras. El aumento de las acuñaciones a nombre de Severina al final del reinado de Aureliano podría haber sido una campaña de propaganda para reforzar la idea de una sucesión dinástica a través de su hija. Las monedas con la leyenda "CONCORDIAE MILITVM" podrían haber sido emitidas en los últimos meses del reinado de Aureliano, en un intento de asegurar la lealtad del ejército ante los crecientes rumores de conspiraciones.
Watson y otros escépticos sostienen que basar una afirmación histórica tan audaz únicamente en la interpretación de la iconografía y las leyendas de las monedas es un método arriesgado. Sin el respaldo de las fuentes literarias o epigráficas, la teoría del gobierno de Ulpia Severina permanece en el terreno de la conjetura, por muy plausible que esta sea.
A pesar de estas objeciones, la mayoría de los numismáticos y un número creciente de historiadores se inclinan a aceptar la evidencia de las monedas como prueba de un período, aunque breve, de gobierno efectivo de Ulpia Severina. El historiador Andreas Alföldi, en su influyente estudio sobre la crisis del siglo III, fue uno de los primeros en defender con vehemencia la idea de un "gran interregno" en el que Severina desempeñó un papel central.
En última instancia, la cuestión sigue abierta a debate. La historia de Ulpia Severina se encuentra en la encrucijada entre la evidencia material y el silencio textual. Es un fascinante caso de estudio sobre cómo los historiadores reconstruyen el pasado a partir de fragmentos de información y cómo las diferentes tipos de fuentes (literarias, numismáticas, epigráficas) pueden ofrecer narrativas divergentes o complementarias.
El Legado de una Emperatriz Fantasma: Poder Femenino en un Mundo en Transición
Independientemente de si gobernó sola durante unas semanas o unos meses, la historia de Ulpia Severina es un testimonio extraordinario de la capacidad de las mujeres para navegar por las turbulentas aguas de la política romana, incluso en sus momentos más oscuros. Su figura nos obliga a cuestionar la visión tradicional de la historia romana como un relato exclusivamente masculino.
El simple hecho de que se planteara la posibilidad de que una mujer asumiera las riendas del poder en un momento de crisis tan profunda es en sí mismo revelador. Demuestra que, a pesar de las barreras legales y sociales, el poder de las emperatrices no era meramente simbólico. A través de su estatus como Augustas, su conexión con el ejército como Matres Castrorum y su papel en la propaganda imperial, las mujeres de la casa imperial podían acumular una influencia y una autoridad considerables.
La historia de Ulpia Severina también arroja luz sobre la naturaleza del poder imperial en el siglo III. En una época en la que la legitimidad dinástica era frágil y el apoyo del ejército lo era todo, la capacidad de una emperatriz viuda para mantener la "concordia militar" podía ser la única garantía de estabilidad. Su hipotético gobierno puede entenderse como una medida de emergencia, una solución pragmática para evitar una guerra civil inmediata tras el asesinato de Aureliano.
Tras la elección de Tácito, Ulpia Severina desaparece por completo del registro histórico. No sabemos cuándo ni cómo murió. Su destino, al igual que sus orígenes, queda oculto en las sombras. Sin embargo, su legado perdura en los miles de pequeños discos de metal que llevan su rostro y su nombre. Estas monedas son mucho más que simples piezas de coleccionista; son los ecos de una voz femenina que, de otro modo, se habría perdido para siempre.
Ulpia Severina sigue siendo una figura espectral en la gran narrativa de Roma, una soberana crepuscular que ocupó el trono en el incierto intervalo entre dos emperadores. Su historia, aunque fragmentaria y sujeta a debate, nos ofrece una visión cautivadora de las complejidades del poder, el género y la supervivencia en uno de los períodos más dramáticos de la historia de Occidente. Es un recordatorio de que, a menudo, los personajes más enigmáticos son los que más tienen que contarnos sobre las realidades ocultas de su tiempo. La emperatriz fantasma nos obliga a mirar más allá de las crónicas oficiales y a escuchar el silencioso pero elocuente testimonio de las monedas, las verdaderas guardianas de su memoria.
Libros Recomendados
Para aquellos interesados en profundizar en la figura de Ulpia Severina, la Crisis del Siglo III y el papel de las mujeres en el Imperio Romano, se recomienda la siguiente bibliografía:
Watson, Alaric. Aurelian and the Third Century. Routledge, 1999. - Una biografía fundamental del emperador Aureliano que ofrece un análisis detallado del contexto histórico y un punto de vista escéptico pero bien argumentado sobre el interregno de Ulpia Severina.
Southern, Pat. The Roman Empire from Severus to Constantine. Routledge, 2001. - Una excelente visión de conjunto de la Crisis del Siglo III, que sitúa el reinado de Aureliano y la figura de Ulpia Severina en un marco histórico más amplio.
Potter, David S. The Roman Empire at Bay, AD 180-395. Routledge, 2004. - Un análisis exhaustivo de las transformaciones políticas, sociales y militares que caracterizaron este período de crisis y transición.
Estiot, Sylviane. "Ulpia Severina: l'impératrice qui régna seule?". In Revue Numismatique, 172, pp. 275-303, 2015. - Un artículo académico en francés que ofrece un análisis numismático detallado y defiende la tesis del gobierno en solitario de Ulpia Severina. (Para lectores con conocimientos de francés o acceso a traducciones).
Kienast, Dietmar. Römische Kaisertabelle: Grundzüge einer römischen Kaiserchronologie. Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 2017. - Una obra de referencia en alemán para la cronología de los emperadores romanos, que incluye información sobre las emperatrices y sus títulos. (Para lectores con conocimientos de alemán).
Wood, Susan E. Imperial Women: A Study in Public Images, 40 BC - AD 68. Brill, 1999. - Aunque se centra en un período anterior, este libro ofrece un excelente marco teórico para comprender el papel público y la representación de las mujeres de la familia imperial romana.
Gibbon, Edward. Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano. Turner, 2011. - Un clásico de la historiografía que, aunque superado en muchos aspectos, ofrece una narración vívida del período y la versión tradicional del interregno tras la muerte de Aureliano. Debe leerse con una perspectiva crítica.
Ricci, C. "Ulpia Severina". In Dizionario epigrafico di antichità romane, vol. 4. Rome, 1958. - Una entrada de referencia clásica, aunque más antigua, que recopila la evidencia epigráfica disponible sobre la emperatriz. (Para investigadores y académicos).
Alföldi, Andreas. "Die grosse Krise des 3. Jahrhunderts n. Chr. und ihre numismatischen Dokumente". In Studien zur Geschichte der Weltkrise des 3. Jahrhunderts nach Christus. Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1967. - Obra fundamental en alemán que sentó las bases para el estudio de la Crisis del Siglo III a través de la numismática y que apoya firmemente la idea de un gobierno de Severina.
Drinkwater, John F. The Gallic Empire: Separatism and Continuity in the North-Western Provinces of the Roman Empire A.D. 260-274. Franz Steiner Verlag, 1987. - Proporciona un contexto esencial sobre uno de los imperios secesionistas que Aureliano derrotó, ayudando a comprender la magnitud de la tarea de reunificación del emperador y la fragilidad del poder central que Severina pudo haber heredado.
Fuentes




Aurelian, with Severina. AD 270-275. http://www.cngcoins.com. Creative Commons Attribution-Share Alike 2.5 Generic license.
Severina Antoninianus. Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported license.